jueves, 14 de abril de 2011

¡ Quina canya !

La primera vez que vi esa puesta en escena reconozco que quedé impresionado. Cabezas pobladas de larga melena, cazadoras de cuero negro, botas contundentes... estos al final de la actuación romperán sus guitarras o quemarán el escenario, me dije para mí. Todo lo contrario, la aparente estética dura de gran parte de nuestro panorama musical componía estribillos con aires mas bien cursis, del tipo de: Bon dia, ningú ho ha demanat però fa bon dia...


Caí entonces en la cuenta que aquel presunto espíritu de rebeldía, de transgresión, no lo mostraban sus letras, ni un trepidante y frenético ritmo de rock duro. Era simplemente el hecho de cantar en lengua catalana lo que utilizaban como señas de identidad. Si hubiesen compuesto sus temas en castellano hubiesen pasado mas bien por niños pijos de la época.


 
Sería simplemente un comentario anecdótico, si no fuese porque todo lo que rige la forma de actuar de una parte de la sociedad catalana viene inspirada por estos mismos parámetros. Ese sector que parece moverse en la radicalidad ideológica, en la ruptura y la transgresión del orden establecido, pero que a juzgar por el devenir de nuestra reciente história democrática recuerdan más bien a aquellos niños traviesos y repelentes que, dentro de su descaro y su inocencia, repiten en voz alta una y otra vez: caca, culo, pis... conscientes del tremendo escándalo que provocarán en el público adulto presente.

En definitiva me hallo inmerso en una sociedad con rasgos pronunciados de conformismo y aburguesamiento acomodado, pero que basa toda su presunta rebeldía en una sola dirección: España.

De ahí que se pretenda dar cierta imagen de férreo ecologismo, aunque solamente molesten las corridas de toros, por su origen castellano. O que se propague a los cuatro vientos un supuesto republicanismo, que en la práctica solo se vislumbra en el rechazo de una monarquía, la española.

Esta semana acabamos de asistir a otro episodio de esta cierta esquizofrenia independentista. Líderes de CiU, e incluso el mismo President de la Generalitat han proclamado con bastante sorna su voto afirmativo en ese referéndum de broma que se lleva organizando desde hace meses. Aunque por otro lado, a una proposición de declaración de independencia en el Parlament, esos mismos diputados se hayan abstenido, a sabiendas que de esa forma se encargarían PSC, PP y Ciutadans de rechazar la propuesta.

De nuevo: caca, culo, pis...


miércoles, 13 de abril de 2011

Indignaos!

Cuando después de varios años esta crísis no parece remitir, sino todo lo contrario, se afianza y golpea con dureza la microeconomía de millones de familias en todo el mundo, la indignación comienza a dar sus primeros pasos. Lo que irrita a la mayoría de ciudadanos es que hoy, más que nunca, se podría señalar con el dedo a los principales artífices de la actual crisis, y esto quizá sea una novedad, nunca antes había estado tan meridianamente claro. Los grandes lobbys económicos mundiales, entidades financieras, oportunistas del sector inmobiliario, todos ellos, con sus ansias de riqueza desmedida, con su avaricia sin límite nos metieron a todos por un camino en el que se veía claro, sin ser ningún ilustre economista, que nos acabariamos estrellando. Poderes fácticos que, además, se permiten la arrogancia de andar presionando y manipulando a gobiernos democráticos de cualquier país para que actuen segun sus dictados, imponiendo medidas que acaban golpeando a los más débiles.


La actual situación podría estar a punto de reventar, ya no hay demasiado margen de esperanza para familias asfixiadas y jóvenes sin ningún futuro en su horizonte.

Y lo que ha estallado en el norte de Africa y Oriente Medio en forma de rebelión en las calles y derrocamiento de tiranos absolutistas podría extenderse paulatinamente hacia paises de nuestro entorno. De hecho ya ha sucedido, en Islandia, las protestas populares de hace unos meses desembocaron en la caída del gobierno en bloque y la redacción de una nueva constitución, para sentar las bases de un sistema de gobierno más justo.

 

Y es que nunca como ahora el pueblo lo había tenido más fácil para hacerse oir. Ya no basta con acallar el clamor popular censurando noticias o controlando medios de comunicación. La llegada de internet, de las redes sociales, del uso de teléfonos móviles provocan que, por una vez, los ciudadanos ya posean sus propias herramientas para coordinar movilizaciones, sus medios propios para alzar la voz al unísono y gritar al viento : LIBERTAD