miércoles, 2 de septiembre de 2015

10 Cosas Que Te Sorprenderán de Francia.



1.  Áreas de Servicio.

   Viajar por las autopistas del país vecino se convierte en un placer si necesitas hacer una parada para tomarte un descanso. Son de lo mas completo, porque además de la típica gasolinera y cafetería cuentan con parque infantil, pequeños supermercados, zonas de picnic, wifi gratuito, bosques, e incluso un anexo con franquicias como McDonalds. 


2 Saludos y Besos.

   Los franceses llegan a rozar la exageración en cuanto a cortesía y educación.  Lo primero que tienes que hacer al llegar a cualquier sitio es obsequiarles con un sonoro y cantarín BONJOUUUUR! Te lo devolverán encantados. Eso sí, olvidarte del saludo inicial puede ser que te sea correspondido con un trato frío rayando lo insolente. Si la confianza da pie y son besos no olvides que son tres, acabando en la mejilla que empezaste.


3.  Agua del grifo.

   Ya puede ser un sencillo bistrot o un restaurante de nivel. Siempre te sirven agua aunque no la pidas, al margen del vino, cerveza o refrescos que hayas encargado, te traerán una jarra llenada en el grifo, gratis por supuesto. Las aguas embotelladas no son habituales, y tan solo tienen cierta demanda si se trata de aguas minerales con gas.


4.  Centros Comerciales.

   Francia es el paraíso de los centros comerciales. Aunque viajes por una zona salpicada de pequeños pueblecitos y aldeas, tarde o temprano te darás de bruces con un imponente y gigantesco centro comercial. Son habituales los mas conocidos aqui como Carrefour o Auchan (Alcampo) junto a otros autóctonos como Leclerc, Intermarche o Super U. Suelen ser el lugar indicado para repostar gasolina, puesto que puedes ahorrarte hasta 20 cts por litro de diferencia que haciendolo en la autopista.


5.  Horarios.

   El disparate horario que sufrimos en España tiene su contraposición mas evidente en la mayoría de países europeos situados mas al norte. Allí lo normal es comenzar la jornada mucho antes pues los comercios abren a las 8 de la mañana, su hora de almorzar ronda las 12,30, salen del trabajo a media tarde y sobre las 20 horas ya están todos en casa y cenando. O te amoldas o lo pasaras mal.


6.  Boulangeries.

   Verdaderos templos del dulce y la repostería. Están casi siempre situados al borde de la carretera, y aunque veas destacar un edificio de vivos colores y con neones luminosos no pienses lo que no es. Dentro disfrutaras de un pan exquisito y unas pastas para chuparte los dedos, además de las deliciosas pizzas, kiches y croque monsieur.


7.  Amabilidad.

   Existe el viejo tópico en nuestro país de la arrogancia y la soberbia de los franceses. Mi experiencia me dice que casi nunca es cierto. En mas de una ocasión un gentil viandante se me ha acercado a ofrecerme información simplemente por quedarme un par de minutos ojeando el plano que llevo en la mano.


8.  Rotondas.

   Aquí las descubrimos no hace mucho, cuando en el país galo ya disponían de un sinfín de circulares rotondas de todos los tamaños. Sobre todo al conducir por el sur, es muchas veces desesperante sortear una rotonda tras otra aunque te encuentres rodeado de interminables campos de cereales o viñedos.


9.  Información Turística. 

   Francia es uno de los destinos turísticos tradicionales. Quizá por ese motivo son especialistas en vender sus virtudes y atractivos propios. Cualquier cosa digna de ver esta convenientemente señalizada para no dejarla pasar y sus pueblos han respetado con mimo su historia y patrimonio cultural y arquitectónico, convirtiendo muchos de ellos en auténticos parques temáticos donde cualquier rincón esta impecablemente cuidado.





10.  Ríos y Puentes.

   Viniendo del sur la abundancia de agua siempre impresiona. Enormes ríos atraviesan Francia acentuando aún más si cabe la sensación de naturaleza en estado puro que se respira por donde vayas. Los cursos de agua mas modestos como el Tarn o el Seine no tienen mucho que envidiar a los grandes ríos como el Loira o el Rhône. Cuando no se trata de auténticas obras de ingeniería convertidas en canales navegables que cruzan a lo largo y ancho de su geografía, o espectaculares puentes y viaductos diseñados para salvar cualquier obstáculo natural por insalvable que parezca.



martes, 4 de agosto de 2015

Unpais@normal.com

Hace unas horas que amaneció. Y como cada mañana comienzo un nuevo día cargado de optimismo, ilusión y ganas de sacarle partido a las próximas 24 horas que tengo por delante.

Lo primero que hago es subir la persiana de mi ventana, y mi primera imagen diaria corresponde a una enseña estelada que mi vecino tiene colgada en su fachada por los años de los años, fija ahí, a pocos metros de mi casa. Alguna vez he pensado poner yo también una tela que refleje mis aspiraciones políticas, mi forma de pensar. Pero al instante desisto. En primer lugar porque reconozco que nunca he sido amante de los trapos de colores, y en segundo lugar porque, como suele pasar, lo que en su caso es considerado un acto de libertad de expresión, haciendo yo exactamente lo mismo seria tildado de provocación. Y en los valores de libertad, justicia social e igualdad que refleja la ultima banda morada de mi enseña, muchos como mi vecino solo serían capaces de ver extraños aguiluchos trasnochados. 

Enciendo el televisor mientras disfruto del café de mi desayuno matutino. En la cadena de televisión pública de mi pequeño país un sonriente presentador desgrana una inacabable sucesión de actos y declaraciones de independencia. Para luego proseguir un curioso debate en el que, día tras día y tertuliano tras tertuliano, siempre se habla del mismo tema, y en donde todos los presentes están completamente de acuerdo hasta en los mas pequeños matices, sin discusión alguna. 


Salgo de casa para coger el coche, puesto que debo hacer unas gestiones en un pueblo cercano. Nada mas llegar, en la primera rotonda, en un imponente mástil pagado para la ocasión con el dinero de todos, ondea una bandera estelada. Al principio me resultaba sorprendente este uso partidista de un espacio publico, ahora ya ni me fijo. Se da el caso que algún partido de izquierdas a quien alguna vez he votado y que no se declara proclive a una hipotética independencia ha consentido en ese ayuntamiento, por puro oportunismo o triste sumisión, que ese emblema se coloque ahí en lugar de la bandera común que nos representa a todos los ciudadanos.



Ya de vuelta en casa, con toda la familia reunida en la mesa, todos comentamos nuestras andanzas. Mi hijo una vez mas nos explica el discurrir de la mañana en su instituto, poniéndonos al corriente de la particular visión histórica que se les explica en la clase, en donde el profesor siempre intenta, en la única lengua lectiva oficial de uso en las aulas, transmitir una sensación de continuo enfrentamiento entre España y Catalunya. Así el tema de hoy, una guerra civil en donde una ideología totalitaria y fascista aniquila a todo aquel que piense diferente en cualquier región de la península, se presenta como una agresión premeditada y dirigida por buena parte del país contra la lengua y las instituciones catalanas.



Llegada la tarde acudimos al pabellón de nuestro equipo deportivo favorito, puesto que hoy toca partido de liga. Animamos y apoyamos con entusiasmo a nuestros jugadores, hasta que llegado el minuto de juego 17:14 un sector de la grada comienza a corear consignas políticas a favor de la independencia. No nos representan a todos los aficionados, son solo una parte, aunque gritan mucho. El resto preferimos permanecer callados, no por nada, sino porque de hacer lo mismo que están haciendo ellos pero en sentido contrario el ambiente deportivo podría derivar hacia una espiral de odios y reproches, en una peligrosa chispa de enfrentamiento verbal o incluso de violencia física entre aficionados del mismo equipo.

Y así acaba un día mas, de vuelta a casa con algunos proyectos y propósitos destinados para la jornada siguiente, en la que el discurrir de las horas irán por un camino practicamente idéntico al de hoy, para mi y para buena parte de esta sociedad.

jueves, 2 de abril de 2015

No Sin Mi Camara



En mi última salida tan solo ví una. Parece evidente que las cámaras de fotos están quedando relegadas al olvido ante el auge de los nuevos smartphones con capacidades fotográficas. Aun se puede observar alguna réflex superviviente de esta dura batalla, aunque las tradicionales compactas parecen haber pasado a mejor vida.
 


Ni siquiera en días especialmente marcados para lucirlas se salvan. Un domingo de ramos, por ejemplo, con los niños impecablemente vestidos para la ocasión no parece suficiente motivo. Y los padres pululan inquietos alrededor de los pequeños, teléfono móvil en ristre, tocando impulsivamente una pantalla táctil deslumbrada por unos intensos rayos de sol de mediodía, mientras de fondo se escucha un murmullo generalizado: Ya me la pasarás, me la envías a mi wasap!

Esta muy bien tener la posibilidad de poder fotografiar algo en cualquier momento. Esa situación inesperada o esa duda consultada a través del móvil:
¿Cual cojo esta o esa? Mejor la roja, parece mas bonita. Gracias.




Sin duda tiene muchas ventajas saber que puedes contar con algo que siempre te acompaña a todas partes. Pero cuando sabes que ese día toca hacer fotos, perdonadme, yo sigo prefiriendo mi cámara.


Principalmente, entre otros, por estos 3 motivos básicos:


  • Calidad: Comparemos, si el arte de la fotografía consiste en utilizar la luz para componer imágenes, es imposible que un objetivo del tamaño de un grano de arroz lo pueda hacer igual de bien que un conjunto de lentes esféricas, diseñadas especialmente para ese fin.
  • Versatilidad: Aunque muchos parezcan ignorarlo. El smartphone no tiene zoom. Al menos uno de verdad, óptico. Confórmate con sacar primeros planos y olvida aquello que se pierde en la distancia.
  • Ergonomía: Sigo adorando el tacto, las formas de mi cámara. Sujetarla con dulzura y firmeza al mismo tiempo, acariciándola como si de mi particular amante se tratara, para sentir, en el momento elegido, como la cortinilla del obturador captura el ansiado trofeo. Mucho mejor que sostener forzando equilibrios un tablero rectangular de solo unos milímetros de espesor que no hay por donde coger y sintiendo siempre como que te sobran dedos.




El porque de tan rotundo éxito de las fotos con móvil lo apuntaba antes. Ya no nos importa tanto captar el momento lo mejor posible, sino tener la ocasión en escasos segundos de divulgar lo que estamos haciendo. Es esa posibilidad de publicar al instante esas imagenes a través de redes sociales e Internet lo que nos seduce, mas que el concepto clásico de la foto como recuerdo. Ni siquiera nos apetece tener recuerdos. Son tantas las instantáneas que sacamos a lo largo de un mes, que difícilmente vamos, pasado algún tiempo, a revisar y disfrutar de esas antiguas fotos. Eso si no acaban desapareciendo para siempre ante un desastre tecnológico que nos estropea el aparato en cuestión. Y adiós muy buenas!




Otro engendro repelente reciente es el famoso "palo de selfie". Un gadget que ayuda muchísimo al ego particular de cada uno, colocándonos por sistema en el centro de nuestro universo. Nada que ver con mi filosofía fotográfica, en donde suelo evitar casi siempre que mi desaliñada imagen pueda arruinarme una buena foto. Para mirarme ya hago servir los espejos, y poco.


martes, 3 de febrero de 2015

10 Años de Nada Personal


Nunca lo hubiera pensado. Que aquel agosto de 2005, cuando me senté delante de la pantalla de mi ordenador y comencé a golpear con timidez el teclado, diera comienzo un ciclo que se ha prolongado durante casi 10 años, y que por supuesto aún no doy por cerrado.

Comenzó entonces esta pequeña aventura a la que puse por nombre: [ Nada Personal ], en homenaje a un tema musical que me tuvo muy enganchado durante meses, y contradiciendo lo que pretendía en ese instante, abrir un espacio en la nube en donde reflejar opiniones, ocurrencias varias y algunas vivencias personales.

La transformación más importante vino en 2010 de la mano de Microsoft que al cerrar Spaces, nos dejó tirados a unos cuantos, haciendo mis maletas para emigrar a Blogger de Google. Desde entonces lo he tratado de mantener regularmente actualizado, aunque en ocasiones no con la frecuencia deseada. He presentado 109 entradas, con texto e ilustraciones que lo amenicen, vídeos y enlaces a artículos en donde ampliar el punto de vista que exponía.


He procurado con mis escritos tocar temas de lo mas variopinto, por eso he hablado en alguna ocasión de moda, coches, música, cine y televisión, educación infantil, de temas sociales y tendencias, energías, deporte y sobre todo política y las consecuencias que la misma tiene sobre todos nosotros.


Una de mis fotos encabezando y dando colorido siempre a la pagina, un teletipo de noticias, una previsión del tiempo en mi ciudad, listado con rasgos de mi personalidad, enlaces a colecciones de fotos y a grupos musicales que han acompañado mi vida, todo ello con música de fondo que voy renovando periódicamente, conforma la apariencia de mi [ Nada Personal ].


¿Y que retos me propongo para el futuro inmediato?


En primer lugar el firme propósito de continuar en la brecha, que ya es importante después de 10 años. No estoy cansado. Por eso se verá en los próximos tiempos algún que otro cambio tanto estético como de contenido, puesto que, como me aconseja a diario mi hijo, debería ir añadiendo comentarios en formato de video, para transformar progresivamente mi blog en un vlog, que eso, me dice él, es el futuro. Y precisamente ahí, en el futuro, es donde pienso estar. 



Un saludo a Mari, Rafa, Elisenda, Manolo, Begoña, Miguel Alberto, Mario, Jordi, Maika y tantos otros que en algún momento sé que habeis pasado a leerme.


Gracias.